Tuesday, December 12, 2006

Exitoso el primer Foro Social de Puerto Rico: ¿y ahora qué?


Participants listen to a panel organized by the Frente Socialista and the Alianza de Mujeres Dominicanas on the plight of immigrant women in Puerto Rico during the PRSF.

Por Antonio Carmona Báez

*Note: This article was sent over the e-mail listserv of the Red Puertorriqueña hacia el Foro Social Mundial, which organizes the PRSF. Prof. Carmona is one of the founding organizers of the Red and the PRSF.

A pesar de la pobre cobertura que se le dio en la prensa tradicional, el primer Foro Social de Puerto Rico fue un éxito: fue muy bien asistido, con más de 1,300 inscripciones pagadas; fue, en términos generales, bien organizado y colaboraron muchos voluntarios; hubo una diversa oferta de actividades que abordaban todos los temas imaginables; la participación de la diáspora puertorriqueña de Estados Unidos fue bien recibida y las hermanas dominicanas residentes en la isla pudieron compartir sus experiencias; los líderes comunitarios superaron la división partidista tradicional; se tuvo consideración con el ambiente, particularmente con el reciclaje y la limpieza; y, finalmente, las expresiones artísticas fueron muy representativas de las luchas contra el neoliberalismo, el racismo y el colonialismo. Sobre todo, el fin de semana del 17 al 19 de noviembre representa un momento histórico para el país: se ha iniciado una nueva forma de hacer política. Aprendimos que sí podemos construir nuestro propio espacio sin la interferencia de las corporaciones y sin el auspicio de los partidos políticos tradicionales. De igual forma, descubrimos que existe en Puerto Rico un movimiento de movimientos que quiere erigir ese otro Puerto Rico posible. Siempre hay uno que otro error que posiblemente pudo haberse evitado, e indudablemente hay algunas áreas que mejorar. Contemplemos, pues, críticamente ese primer Foro Social de Puerto Rico, para ver adónde nos puede llevar esa experiencia.

Una de las críticas que resalta en los comentarios de varios participantes es que las actividades del Foro carecían del sentir de apoderamiento o empowerment. Ya sea por el hecho de que se realizó durante la crisis económica y política más grande de la historia del Estado Libre Asociado o porque algunos esperaban ilusoriamente que la revolución arrancara desde Río Piedras, hubo un sentido de vacío político, impotencia e inercia. ¿Adónde nos vamos con esto? ¿Dónde está el after-party? Sí, compartimos experiencias y escuchamos los testimonios, pero poco, muy poco, nos llevó a la acción unitaria. Se suponía que el Foro Social representara una oportunidad para formular propuestas y desarrollar estrategias para cambiar la condición social de nuestra isla, una oportunidad para llegar a un consenso a través del debate público y democrático para articular la voluntad del pueblo en lucha. Los ejes transversales supuestamente unirían diversos asuntos particulares de los ejes temáticos en las actividades plenarias, que tomaron la mitad del tiempo dado para el Foro en su totalidad (un total de seis horas durante las mañanas del sábado 18 y el domingo 19 de noviembre, sin incluir la plenaria de cierre). Este no fue el caso, pues a pesar de haber tenido la estructura y el espacio, faltaba un motor que impulsara la integración de las luchas.

Sabemos que, en efecto, en algunos paneles y en una actividad plenaria varios grupos acordaron adoptar algunas medidas o estrategias para levantar el perfil de su activismo y apoyarse mutuamente. Un ejemplo de esto fue el plan Abrazo Solidario a Gladiolas, actividad que se llevó a cabo el 4 de diciembre y que tenía como motivo manifestar un respaldo a todas las comunidades pobres que se enfrentan al peligro del desalojo forzado. Pero este tipo de ocurrencia es más bien la excepción a la regla. Todavía estamos trabajando con kioscos; cada líder o comunidad ocupándose particularmente de lo suyo. Por alguna razón, tenemos miedo de crear enlaces contundentes. Existe un miedo a adscribirnos a esa voz mundial que crece en volumen en cada país menos en Puerto Rico. Pero bien, esto fue solamente un primer intento con el que aprovechamos la oportunidad de conocernos. Este primer Foro Social de Puerto Rico fue más bien una exposición de las diversas luchas sociales, una plataforma de testimonios: escoja uno y escuche. A ver adónde nos puede llevar un segundo intento.

Debemos considerar que, dada la condición del país y las amenazas que representan las políticas del actual gobierno frente al medio ambiente (el proyecto de Costa Serena), la educación y otros servicios públicos (el plan de Acevedo Vilá y Silva Puras de descentralizar y privatizar hasta sus madres), el Foro Social fue demasiado calmado. Pareció un congreso académico o religioso. Hasta el tiempo designado para los paneles, los talleres y otras actividades típicas de un Foro Social fue igual a como se divide la mayoría de los cursos que ofrecen las facultades de la universidad: una hora y 20 minutos, con cinco minutos para que el participante llegue a la siguiente actividad que escogió dentro del mismo eje temático. Todavía estamos caminando sobre cáscaras de huevos, con miedo de que vayamos a ofender con sugerencias, de expresarnos libremente con todo el enojo que tenemos y de diseñar un plan para profundizar la democracia y aplastar las estructuras que nos oprimen. No sé si es que somos demasiado religiosos, si es que los organizadores son todos académicos o si es que ser calladitos y tranquilos es parte de nuestra cultura colonizada. Nos comportamos demasiado bien, con miedo de ofender, midiendo nuestras palabras. En parte tiene que ver con el hecho de que no todo el mundo entendió que el Foro debía ser un lugar para denunciar al capitalismo colonial con toda la energía del pueblo oprimido. (¡Coño, despierta, boricua!)

En un artículo titulado “Foro ciudadano: satisface diálogo inclusivo”, publicado en El Nuevo Día el domingo 26 de noviembre, el autor Wilfredo López Montañez recalca muy bien que, por acuerdo del Comité Coordinador del Foro, la Plenaria Inaugural que se llevó a cabo en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico fue dedicada a los movimientos sociales y comunitarios. Nadie puede negar que las luchas comunitarias son transversales, ya que implican cuestiones relacionadas con el daño al ambiente, el racismo, el desalojo y otras formas de exclusión. Esto lo vemos en Santurce, Caimito, Piñones, Las Gladiolas, Manuel A. Pérez, así como en Vieques. Sin embargo, lo que no sale a la luz pública ni por El Nuevo Día ni por otros medios masivos es el enlace entre esas luchas y la lucha general del pueblo puertorriqueñ o y del resto del mundo contra el capitalismo neoliberal. Tampoco aparece en las reseñas relativas al Foro mención alguna de las voces contra las recientes medidas económicas empleadas por La Fortaleza y por el Congreso. No hubo un enlace creado entre el Foro Social de Puerto Rico que terminó el domingo 19 de noviembre y la alianza de los sindicatos contra la privatización del país manifestada frente a La Fortaleza el día siguiente. Es como si los periodistas y algunos líderes no quisieran reconocer que las comunidades pobres son amenazadas siempre que hay un intento de privatizar sus servicios públicos, como la educación y la energía. Sobre todo, me preocupa que pocas actividades terminaran denunciando la dictadura bipartidista. Podemos contentarnos con el hecho de que en una o dos ocasiones durante el Foro hubo grandes sesiones de cerca de 100 personas que abordaron el tema de la necesidad de fomentar una nueva fuerza política que verdaderamente represente los intereses de la clase pobre y trabajadora. El vacío político que —con la crisis política y financiera— está acabando con el país es un tema que tiene que ser atendido mejor y con urgencia. Es precisamente en los foros sociales donde se puede aprovechar el momento para desarrollar propuestas y alternativas a la política tradicional. Basta decir que ya es tiempo para —a base de esta experiencia— construir una agenda de todo lo que tenemos en común.

Un paso lógico para Puerto Rico sería la construcción de un nuevo tipo de partido político que aglutine todas las luchas del pueblo articuladas desde el Foro Social, que sea una organización pluralista e inclusiva. Este es el tema que abordaré en un próximo artículo dedicado al concepto de un Partido de Trabajadores. Pero, por el momento, quisiera ofrecer las siguientes sugerencias que nos pueden ayudar cuando contemplemos cómo pulir este gran proceso.

(1) A pesar de que había más de 1,500 participantes en las actividades del Foro, solamente 250 asistieron a las plenarias inaugurales y de clausura. Entre éstos, encontramos a los líderes que están haciendo un trabajo muy importante en Puerto Rico. Pero, nos preguntamos, ¿dónde están las masas? No es suficiente tener presentes a los líderes comunitarios, sino que es menester movilizar a las comunidades mismas. Esta sugerencia está dirigida especialmente a los sindicatos; ellos tenían que movilizar a su matrícula.

(2) Uno de los propósitos principales del Foro es que se creen enlaces entre los movimientos sociales del país. Esto es imposible cuando no existe un espacio para discutir asuntos comunes. Sería mejor organizar actividades plenarias para cada eje temático como parte del programa del Foro Social.

(3) Un documento que resume los temas discutidos en el Foro y las estrategias adoptadas por parte de los movimientos sociales sólo puede surgir de los propios movimientos sociales. Por ello, en el Foro Social Mundial y en los foros sociales regionales se organiza una Asamblea de Movimientos Sociales. Estas asambleas no representan al Foro Social porque pretenden ser deliberativas y organizan acciones. No obstante, son los organizadores del Foro los que tienen la obligación de abrir un espacio que posibilite un encuentro verdadero de los sectores organizados para que creen una plataforma.

(4) La ausencia de los últimas tres factores mencionados —la movilización de las matrículas, las plenarias de los ejes temáticos y una Asamblea de Movimientos Sociales— tiene su origen en el hecho de que el Comité Coordinador no estuvo compuesto por representantes de los movimientos y las organizaciones sociales, sino por individuos en su carácter personal. Sabemos que, durante el proceso preparatorio del Foro Social de Puerto Rico, dos de los problemas más grandes han sido: el compromiso financiero y participativo de las organizaciones con el proyecto, y el poder de convocatoria. Las actividades convocadas por individuos siempre son excluyentes y nos llevan hacia el caciquismo político o el protagonismo académico. Por otro lado, los representantes de los sindicatos y otras organizaciones, como el Consejo Latinoamericano de Iglesias, por ejemplo, tienen poder de convocatoria y simbolizan el compromiso directo de las organizaciones de masas con construir el Foro Social. Esto nos lleva a la cuarta sugerencia: debemos cambiar la composición del Comité Coordinador para que sea representativo de las diversas entidades que hicieron posible la organización conceptual y financiera del Foro. Esto sería más cónsone con la práctica del Foro Social Mundial, cuyo Consejo Internacional está compuesto por organizaciones y redes.
(www.forumsocialmundial.org.br/main.php?id_menu=3_).

(5) Finalmente, el siguiente Foro Social de Puerto Rico debe ser dentro del próximo año y medio, ya que esperar dos años o más significa la posibilidad de perder la inteligencia organizativa. Es decir, se olvida la experiencia, y sería cosa de comenzar de nuevo.

Si nos quedamos celebrando esta primera victoria y felicitándonos sin reflexionar críticamente sobre la importancia histórica y la pertinencia contextual de esta experiencia, el Foro Social de Puerto Rico terminará siendo una bonita actividad más, un souvenir de la izquierda fragmentada. Esperemos que, durante el proceso de evaluación y planificación del próximo Foro, las sugerencias expuestas anteriormente puedan contribuir al fortalecimiento de nuestro nuevo espacio social.

PR - 11 de diciembre de 2006
Para contactar al autor: carmonabaez1@yahoo.com